El lujo ¿sólo una oferta de publicidad?


Es curioso observar como la palabra y la definición de lujo embauca, envolviéndonos en un velo sutil pero a la vez palpable de estatus, algo que saben reconocer bien las empresas, envolviendo en la palabra una terminología asociado al “ser mejor” así como al “disfrutar más”.

El debate se centra en: ¿es sólo publicidad el lujo? Todos queremos mejorar nuestra posición social así como llevar una vida plena en la que no les falte nada a las personas que amamos. ¿Pero… cuál es la diferencia entre un producto igual o de mejor calidad que quizás no tenga marca y otra que sí la tiene?

La funcionalidad de los productos en la antigüedad se centraba en el hecho de crear productos para toda la vida, algo que ahora se está devaluando, buscando el comercio continuo y el reemplazo inmediato de objetos. Por ello, ahora la mayoría de empresas están trabajando con un producto estrella que se centra en vender lo que funciona siempre siendo icono de un sentimiento asociado al bienestar. ¿Qué opinas?


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